Shirley Maclane escribió unas memorias que tituló, magníficamente, Lo que sé de mí. No las leí pero en mi recuerdo quedó para siempre su título, entre otras cosas porque me traen siempre su contrario: Lo que no sé de mí, que sería otro magnífico título para un libro imposible, porque ¿cómo hincar pie y letra en mi abismo, en todo lo que de mí desconozco?
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