No me gustan las iglesias ni las catedrales museísticas, atiborradas de capillas, retablos, imágenes, tapices, etc. En este sentido, la de Burgos me asfixió. "No es esto, no esto", me dije.
Paseando con un amigo por las Alpujarras granadinas, recalamos en un pueblecito cuyo nombre no recuerdo. Entramos en su iglesia y esta vez un "es esto, es esto" se dejó oír dentro de mí. Blanco el paño de las paredes y piedra todo lo demás. Imágenes, dos: el crucificado, presidiéndolo todo, y una pequeña imagen de María, a su lado. ¡Qué descanso para mis ojos y mi espíritu este minimalismo cartujano!
Paseando con un amigo por las Alpujarras granadinas, recalamos en un pueblecito cuyo nombre no recuerdo. Entramos en su iglesia y esta vez un "es esto, es esto" se dejó oír dentro de mí. Blanco el paño de las paredes y piedra todo lo demás. Imágenes, dos: el crucificado, presidiéndolo todo, y una pequeña imagen de María, a su lado. ¡Qué descanso para mis ojos y mi espíritu este minimalismo cartujano!
No hay comentarios:
Publicar un comentario