Un “medio vacío” me entristeció. Enseguida, en el mismo
telediario, un “medio lleno” no me alegró. “Alto ahí, me dije
entonces, aquí falla algo. ¿Ha de afectarme el ‘medio vacío’, entristeciéndome,
y no va a afectarme el ‘medio lleno’, alegrándome? No, de eso nada: ea, Suso,
alégrate”. Obedecí y me alegré, quedando más lleno que vacío cuando poco antes
había estado más vacío que lleno.
No puedo despistarme con esto.
1 comentario:
A veces se puede elegir.
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