Al menos en un aspecto cierta derecha merece ser llamada
derechona, y es cuando se muestra muy mal hablada. Me vienen a la cabeza cuatro
ocasiones en las que políticos del PP no trabaron su lengua: Francisco Javier
León de la Riva, alcalde de Valladolid, y sus declaraciones sobre los “morritos”
de la ex-portavoz del PSOE, Leire Pajín; José María Aznar y su dedo corazón
bien levantado y dirigido a los que lo hostigaron en una ocasión en la
Universidad de Oviedo; la diputada Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra, y su
“que se jodan”, vociferado en el Parlamento; y por último el ministro de
Economía Luis de Guindos y su “que se vayan a tomar por el culo”, lanzado
contra los periodistas en Bruselas.
En España, la derecha, cierta derecha, es más insultona que la izquierda, de la que no recuerdo ni un solo ejemplo de lengua deslenguada. Bien merecerían en esos casos que se les hubiese quedado pegada la lengua al paladar.
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