Escuchando camino del trabajo el diálogo de
don Juan Tenorio y don Luis Mejía, en el acto primero de la parte primera de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, allí
donde el primero le dice al segundo que a setenta y dos se eleva el número de
sus conquistas a lo largo de un año y el segundo le dice al primero que
cincuenta y seis es su número, me acordé de lo que me contó hace algunos años
X, y de lo que no había dudado dada la credibilidad de la persona que se lo
había referido. Parece ser que dos jovenzuelos que frisaban los dieciocho años
se habían retado a ver quién se tiraba a más tías durante un determinado
período de tiempo, no superior a medio año si no me falla la memoria. Pues
bien, el resultado fue escalofriante: el uno, el ganador, unas setenta y el
otro, el perdedor, unas cuarenta. Podemos no creerlo, claro, por muy seria y
creíble que fuese la fuente de X, dado que ésta sólo pudo saberlo de boca de tales
folladores, con perdón, que a buen seguro inflaron las cifras. Pero puede
ocurrir también que el informante conociese bien, muy bien, a los dos susodichos,
quizá porque actuase en su mismo terreno con las mismas, parecidas o distintas
pretensiones “lúdicas”. El caso es que, si necesitábamos algún dato más sobre
lo despendolado que está el mundo de la sexualidad en nuestro tiempo, aquí lo
tenemos, en estos tenorios y estos mejías que hasta hace nada todavía lucían el
bozo de la adolescencia.
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