martes, 20 de agosto de 2013

Noches de verano

En Galicia, tras un día de calor el verano nos regala noches espléndidas en las que se podría dormir al raso sin ningún problema. Uno no llega a hacerlo pero lo que sí hace, si quiere conciliar el sueño, es abrir puertas y ventanas para que circule la brisa. La noche estival entra entonces a través de las mirillas de la persiana y la sensación que le embarga a uno es deliciosa. Es como dormir en una cueva pero a la entrada, para no quedar fuera del alcance de los susurros nocturnos.

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