Desde luego la decadencia de los años bien que nos prepara para la resurrección, porque más feos no nos puede poner. De un tiempo acá soy sensible a esto, y más que ancianos veo viejos. Los otrora frescos rostros pierden su tensión y se descuelgan. ¡Horribles papadas de unos, arrugas mil de otros, decadencia en todos! También yo me vi mayor por primera vez este año en las fotos de Camerún, con unas feas patas de gallo. ¿Bella la arruga? ¡Ja! Y viene entonces, más que como verdad como defensa, aquello de que la belleza es interior etc., etc. ¿Me he puesto ya a suspirar por un cuerpo glorificado?
1 comentario:
envejecer es, precisamente eso: encontrar acomodo dentro del propio cuerpo que se nos va haciendo ajeno.
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