El precio, 72 euros, impidió que fuese al concierto de Bruce en Santiago el pasado domingo, 2 de agosto, lo que a cambio permitió a mi hermana María, que si fue, pedirme que acostase a Sabela, su hija mayor, de cinco años, y muy querida sobrina mía. Ambos, puestos los pijamas, nos embutimos en la cama de sus padres, privilegio que obtuvo Sabela esa noche. Lo primero de todo, la lectura de dos cuentos, Y la luna sonrió, de un tal Petr Horácek, y Russell el borrego, de otro tal Rob Scotton, cuyas historias sobre el sueño no pretenden sino eso, poner a dormir a los niños. Sabela, además de escuchar quería ver las ilustraciones, magníficas, por lo que tuve que desplegar los cuentos ante sus ojos. Creo que hice una lectura correcta, con un ritmo y un tono adecuados. “Ahora esperaremos a que venga mamá”, me dijo Sabela en cuanto terminé de leer. “No sé tú, pero yo no pienso esperarla despierto así que me voy a dormir”. “¿Y así como vamos a saber que viene?” “Ya nos despertará ella”. Nos giramos entonces, quedando frente a frente, y cerramos los ojos, yo con la intención de hacer mutis por el foro en cuanto ella quedase dormida. En un primer intento, al sentir que su respiración era más profunda, medio abrí los ojos y empecé a deslizarme fuera de la cama. “¿No duermes?” “Sí, sí que duermo”. Primer intento fallido. Unos minutos más tarde me lo propuse de nuevo con la intención de que ahora sí. Me sorprendió nuevamente, pero le dije que iba al baño y que enseguida volvería. “No tardes”. “Vale”. No tardé, volví, y ya estaba perfectamente dormida.
4 comentarios:
Saliste ganando, y no sólo 72 €.
Lo sé, Enrique, lo sé.
Me ha encantado esto, Suso. Tu sobrina además tiene un nombre precioso, Sabela ¿o es realmente Isabela?
Un abrazo
Aurora
Es Sabela, Máster, Isabel en gallego. La madre se llama María Isabel.
Un abrazo.
Suso.
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