Quejosa Santa Teresa por la tornabilidad de su ánimo, le pidió razones a Dios y obtuvo la siguiente respuesta: “En esta vida no podíamos estar siempre en un ser”. Nos lo cuenta en el libro de su vida. A día de hoy, me sigue pareciendo una frase maravillosa, y es de las que más se hace presente en mi memoria, estribillo ya de mi propia vida. En una línea, resume a la perfección aquello del libro del Eclesiastés: “Hay un tiempo para… y un tiempo para…”, que a modo teresiano, sonaría así: “Hay un ser par llorar, y hay un ser para reír; hay un ser para buscar, y hay un ser para perder”. Avanzamos por la vida atravesando tiempos, atravesando seres.
2 comentarios:
No sabes el consuelo que me ha traído esta entrada.
Gracias.
Gracias a ti, Olga, que me lo haces saber, y me das así alientos, y señales luminosas.
Gracias.
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