Pascua florida no, sino Pascua nevada: esta mañana, tal fue el regalo de la noche. La nieve es también flor, flor del agua, y sobre ella deja Jesús, al salir de su tumba, huellas encendidas, que nosotros, por no perderle la pista, vamos siguiendo, una a una, como si fuese un juego, el juego de resucitar con él y hacerse blancos, los muñecos de nieve y resurrección que el Hombre Niño Jesús hace de nosotros, muñecos que gritan su albura y paren sobre el mundo todos los colores.
6 comentarios:
Feliz Pascua; y felicidades por esta entrada tan paradíjicamente cálida.
La nieve, flor de agua. Hermosa grueguería. Me sumo a la felicitación de Enrique por tu cálido texto.
Gracias, amigos. Feliz Pascua a los dos.
Feliz Pascua también, lo encontré a usted por un libro común: "Diario de un cura rural"... somos sólo cuatro... saludos desde Arequipa Perú
Muchas gracias, Roncuaz. ¡Qué ilusión ser encontrado por alguien tan lejano, y tan cercano al mismo tiempo!
Saludos desde Galicia, España.
Me alegro de tu vuelta al espacio virtual, amigo Suso. Ahora sólo falta que vuelvas a escribir una de tus interesantes entradas. Bueno, una no, muchas.
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