“A veces se pone a coser (su madre) o a hacer ganchillo, a la sombra de un árbol. Yo, a la sombra de otro, la miro a hurtadillas” (Andrés Trapiello, La cosa en sí). Esto lo hace uno también con su madre, mirarla, que a estas alturas de mi vida es el mejor modo que tengo de amarla. Los ojos se hacen manos y las miradas toques, y toda mi capacidad de admiración no basta para dar cuenta de una vida tan exacta, tan plena y tan cumplida.
4 comentarios:
Mirar: una admiración desprendida de adherencias.
Me lo quedo, Enrique. Muchísimas gracias.
Y a la vez, es recibir esa mirada lo que hace tu vida exacta, plena y cumplida.
"Los ojos se hace manos" también es "exacto": las madres los sienten, hasta de espaldas o "a hurtadillas". Seguro que te lo paga con otro "toque" agradecido.
Un abrazo, Suso.
Gracias por tu "exactitud", CB. Un abrazo.
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