martes, 31 de enero de 2017

Desmontar mentiras, decir verdades

Si una de las tareas de la historiografía consiste en desmontar mentiras y decir verdades, a María Elvira Roca Barea, por su Imperiofobia y leyenda negra, habría que darle el premio más extraordinario que pensarse pueda. Si tuviera más ojos que dos, todos se me abrirían como platos tras ver cómo esta mujer, una auténtica lince, va poniendo cara arriba, una tras otra, todas las afirmaciones de la leyenda negra para que quede bien a la vista lo que fueron: medias verdades cuando no burdas mentiras, orquestadas en todos los casos por élites locales que veían peligrar su poder. Primero fueron los humanistas italianos, después los reformados y nacionalistas alemanes, después los orangistas de Flandes, más tarde los anglicanos desde Enrique VIII en adelante, después los Ilustrados franceses, después los liberales del siglo XIX, después, a finales de este mismo siglo, los americanos que se dejaron embaucar por el poderosísimo Hearst y así hasta hoy, pues el asunto todavía colea en pleno siglo XXI. Creo que nunca un libro de historia me sacó más vendas de la cara que este y no creo que sean muchos los que le hayan hecho tanta justicia a España y al Imperio español. “El Imperio español merece justicia histórica y la tendrá, pero hace falta mucho más tiempo”, dice la autora en las últimas páginas del libro. No estaremos nosotros aquí para verlo, claro, pero nunca es tarde para la verdad cuando esta llega.

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