lunes, 8 de agosto de 2016

Julieta

Julieta, de Almodóvar, me ha decepcionado profundamente. De tan estética resulta estática, sin nervio ni pasión. Su contención, lejos de concederle sutilidad le resta verosimilitud, cosa que también le ocurre a la historia en alguno de sus ramales, por ejemplo el de Antía, la hija de Julieta. Su huida y posterior reaparición doce años después resulta inverosímil. Es un personaje mal trazado y peor resuelto. Y con Adriana Ugarte y Emma Suárez no alcanza el director manchego lo que normalmente logra con sus actrices, la excelencia. Adriana Ugarte solo llega a ser algo más que un maniquí y Emma Suárez no tiene toda la profundidad que debiera. Más que crear parece que fabrican el personaje de Julieta. Pero el problema no es de ellas sino del guión y la dirección. Rossy de Palma, a la que nos gusta que haga siempre de sí misma, resulta irritante haciendo aquí de sí misma. Este personaje hubiese requerido una actriz menos cómica. Es una película que desde el principio va con demasiado freno y mucha estética, y así no hay manera de que funcione. Una pena, y ya van dos seguidas, después de Los amantes pasajeros.

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