De tu acoso nunca surgirá la belleza, como mucho un jirón que, forzado, arderá en tus manos. ¿Durante cuánto tiempo no podrán albergar nada santo? Se han hecho inhóspitas porque lo que debía llegar como don tú decidiste raptarlo. Estás tan lleno de ti, sin huecos que aguarden plenitudes, que no sabes pedir. Todo es botín, nada es regalo.
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