“¿Quién sabe del envés de cada hora?”, se pregunta Juan Ramón Jiménez. ¿Quién sabe del envés de las horas terribles, las del horror en Haití? ¿Qué intérprete divino lo columbrará y nos dará las palabras necesarias? Pero acaso no nos diese sino silencios, preñados de misterio y sentido, donde quedase claro que no puede el horror tener la última palabra, tampoco el último silencio.
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