Llevo un tiempo siendo muy consciente de las
trampas de la imaginación, entendida ésta según la segunda acepción del DRAE:
“Aprensión falsa o juicio de algo que no hay en realidad o no tiene
fundamento”. Desde que cometí dos errores de bulto, aunque no graves, llevado
por ella, ando alerta para detectarla, y así desactivarla, y no ser de este
modo presa de su influjo. Que sea así la loca de la casa, como quiso Santa
Teresa, tiene todo su sentido. Locura es juzgar como real lo que no es real o
dar fundamento a lo que no lo tiene en absoluto. Cabe oponerle pues un muy
decidido vade retro.
1 comentario:
¡Así es!
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