La casa se había ensombrecido debido a la
tormenta y entonces sus estancias le parecieron regias, llenas de vida y
misterio. “Debe existir una clase de fantasmas, pensó, que, lejos de la
tradición gótica, más parecidos a ángeles, se complacen en quedarse a vivir en
medio de las cosas que han ido entrañándose más y más dentro de nosotros”.
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