miércoles, 8 de marzo de 2017

Misántropo

Frente al hombre indiferenciado, frente a la masa, hay que ser misántropo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que Cristo hubiese aprobado una afirmación como ésta. No existe el "hombre indiferenciado"; son nuestras limitaciones (y nuestra comodidad) quienes nos hacen verlo así. Pero yo creo que en esto ocurre como a quien no le gusta, ni entiende, digamos el jazz, o la música clásica: que todo le parece igual (e igualmente aburrido). Pero se equivoca: ni Charlie Parker es igual que Louis Armstrong, ni Bach es lo mismo que Schubert. Y lo que hay que hacer, pienso, no es proclamar nuestras limitaciones, sino intentar vencerlas: ver en cada hombre, y en cada mujer, lo que tienen de individual, de único. Decía Borges, y decía bien, que "Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única”; y también que es el amor quien "nos deja ver a los otros / como los ve la divinidad". De eso se trata, a mi entender.

Jesús dijo...

Es obvio que no existe el "hombre indiferenciado", señor anónimo, y coincido con usted en todo lo que dice. La misantropía que proclamo es, si quiere, una postulación ideológica, en el mejor de los sentidos, que busca precisamente "diferenciar" a cada hombre, de modo que cada hombre sea eso, un hombre diferente, consciente de no ser uno más dentro de una masa unívoca. Mi frase, en este sentido, pretende ser polémica, para llegar a donde usted ha llegado al comentarla.

Anónimo dijo...

Pues me alegro de veras de esa coincidencia en lo sustancial. Es un poco como lo que decía Machado, refiriéndose al término "masa", tan de moda en su tiempo ("La rebelión de las masas", de Ortega, es de 1929): "el hombre masa no existe para nosotros. Aunque el concepto de masa pueda explicarse adecuadamente a cuanto alcanza a volumen y materia, no sirve para ayudarnos a definir al hombre, porque esa noción físicomatemática no contiene un átomo de humanidad".

Jesús dijo...

Aunque no exista el hombre-masa, si hemos de atender a ciertos filósofos y sociólogos, sí existen las masas, esas "agrupaciones" en las que, dadas ciertas circunstancias, podemos los individuos diferenciados perder nuestra voluntad para ser arrastradas por la ebriedad de la masa, siempre al conjuro del demagogo de turno.

Anónimo dijo...

En este caso, pienso, es a la "ebriedad" a lo que hay que oponerse, no a los seres humanos que la padecen. Repito lo de Machado, con lo que estoy completamente de acuerdo: la noción de masa "no contiene un átomo de humanidad".

Jesús dijo...

Digamos entonces que soy, a falta de palabra mejor, "mismásico".