martes, 8 de noviembre de 2016

Vértigo de velas

Parte de la gracia de las noventa velas que fui poniendo una tras otra en la tarta de manzana que compré en la de Tabora es que aproveché muchas de otros cumpleaños y que no se habían gastado del todo. Reutilice velas, vaya, con lo cual en la tarta del noventa cumpleaños de mamá ardieron aún más y seguro que la cera de alguna estuvo a punto de consumirse del todo. Hay aquí un vértigo de significados que no me atrevo a descifrar. Dejémoslo así.

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