lunes, 7 de julio de 2008

Sexo

En un encuentro a dos, de tú a tú, donde el sexo se hace amor y el amor se hace sexo, este, desde el punto cero del instinto, sube y alcanza su cumbre enigmática y fascinante, risueña y poderosa.
Desde ese mismo punto cero, cuando baja en caída libre, el sexo se hace chato, asambleario, pobre de lírica y ambición, de amor y de fiesta, sexo sin alma y hasta sin cuerpo, pues éste se retira para que solo queden las terminaciones genitales, los fluidos, los tentáculos.

3 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Cuando se unen sexo y amor se une lo permanente con lo instantáneo y ahí radica su sensacional fuerza.

Anónimo dijo...

Recuerdo unas palabras que leí en una entrevista a Juan Carlos Onetti, -ya mayor y muy enfermo, había una fotografía suya postrado en la cama- debería ser de las últimas que concedió, era con motivo de la presentación de su último libro "Cuando ya no importe". No las he querido olvidar; me han ayudado a crear mi propia idea de la sexualidad, Onetti se refería a este tema como "la más bella compensación que nos ha sido dispensada para paliar la angustia de la muerte inevitable."

Enhorabuena Suso, por tu blog. Suelo visitarlo "en silencio". Me detienen tus reflexiones. Me gusta volver a ellas y espero con ganas la siguiente, aunque hasta ahora no te haya escrito nada.
Gracias por compatirlas.

Anja

Jesús dijo...

Muchas gracias, Anja, de verdad.