viernes, 9 de mayo de 2008

Lo difícil

El saber de la facilidad de la vida antes de toda dificultad es uno, y el saber de la facilidad de la vida después de la dificultad es otro. El segundo es mayor que el primero porque, tras franquear las cañadas oscuras, lleva en sus alforjas esos contenidos que solo da el haber tenido que vérselas con lo difícil. Esta facilidad a la segunda potencia tiene precisamente potencia, más potencia, la que otorga el haber logrado atravesar un tramo angosto de nuestro camino.
“Lo que se exige de nosotros, decía Rilke, es que amemos lo difícil y aprendamos a habérnoslas con ello”.

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