Si no es suficiente lo que la vida da cada día hay que aprenderlo entonces todo de nuevo y transitar cada vez por una humildad desconocida.
Allí donde el camino acaba, ¿no es también dónde el camino empieza? Llegar es partir otra vez.
Me gusta cerrar los ojos y ver así lo que no veo con los ojos abiertos.
Solo en la hora de la humildad, cuando la ola te devuelve a la arena, es posible contemplar el mar.
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