viernes, 29 de mayo de 2015

El saber que sí ocupa un lugar

Los conocimientos, si se acumulan y no se disuelven o integran en el flujo vital, ocupan un lugar: en este caso, el saber, fastidiosamente, sí ocupa un lugar. Mi naturaleza es más de índole contemplativa que cognoscitiva y es por esto que rechazo últimamente todo afán de saber que, por más que otorgue conocimientos, no aumente la capacidad contemplativa. Me da grima pensar en saber cosas por el mero hecho de “solo saber cosas”. Me niego a ello. Necesito respirarlas, saberlas “sin afán” de querer saberlas, como quien se agacha a coger una flor mientras va de camino a ningún lugar o a todos los lugares. La necesidad de “desconocer” es decir rotundamente no a toda ansia devoradora en el orden del conocimiento. Ansias sí, pero de otro orden, deseos más bien, siempre de la mano del más profundo sosiego.

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